Me considero una persona escéptica a todo lo relacionado con la religión incluyendo las creencias populares, pero también es cierto que existen algunos hechos considerados sobrenaturales que pueden hacerte dudar de la realidad. A continuación compartiré con ustedes una historia de la vida real vinculada con lo que puedo creer es brujería, un acontecimiento en donde los protagonistas son mis amados padres y yo.
Todo inicia cuando nos mudamos de ciudad por cuestiones del trabajo de mi padre, en aquel entonces era un bebe que ni siquiera había cumplido un año de existencia. Días después de establecernos en la nueva ciudad mi salud empezó a deteriorarse, presentaba una altísima fiebre. El llanto y las altas temperaturas hicieron que mamá y papá me llevaran a los mejores pediatras disponibles, se visitaron varios profesionales de la salud, se recetaron medicinas para aliviarme pero la fiebre nunca descendió y continúo persiguiéndome.
La desesperación de mis padres hace que escuchen diferentes teorías acerca del tremendo mal que me afectaba. Si la ciencia no podía ayudar a su hijo, entonces tal vez otros métodos solucionaban el problema. Así escucharon sobre un ‘curandero’, un hombre cuyo dominio de las hierbas podía curar mis males. Este personaje luego de observarme de forma minuciosa determina que para curar la terrible fiebre debo descansar en mi cuna rodeado de una planta conocida como “Mata ratón” (Gliricidia sepium). En casa se siguen las instrucciones y misteriosamente la temperatura desciende, pero la felicidad no dura por mucho tiempo, la malvada fiebre vuelve días después y la todopoderosa “Mata ratón” deja de ser una herramienta contra el mal.
En el momento en que mis angustiados padres tenían más dudas que respuestas una persona muy cercana a la familia en ese entonces menciona una creencia popular supersticiosa según la cual una persona tiene la capacidad de producir mal a otra persona sólo con mirarla, esta era conocida como “Mal de Ojo”. Este hechizo, conjuro o brujería debe ser revertido por una persona conocedora de lo sobrenatural. La búsqueda nos dirige a una misteriosa mujer a la cual se le atribuye varios casos de niños y enfermos que sanaron milagrosamente. Con la valiosa información y sin nada que perder mis padres acuden a ella. Para identificar el “Mal de Ojo” la misteriosa mujer mide mis piernas, en caso de estar afectado y/o hechizado estas debían tener un tamaño diferente una comparada con la otra, esto es conocido como dismetría de miembros inferiores en la medicina. El mágico método confirma que soy víctima de este mal a pesar de la cantidad de médicos que lo descartaron, así la magia vence estudios e investigaciones profesionales de años, así Harry Potter vence a Testut, Latarjet y Rouvière.
Antes de continuar la mujer advierte que la medicación nunca debe ser suspendida, incluso alienta a mis padres a que crean en las instrucciones de los médicos. Destacaba que el acto a realizar simplemente era una “ayuda” extra para mi batalla en contra del “Mal de Ojo”. El ritual da inicio cuando ella me alza en sus brazos y empieza a pronunciar una serie de palabras que mencionaba mi madre eran imposibles de entender, a continuación toma una bocanada de alcohol etílico e inmediatamente de la forma más sutil posible escupe el líquido por todo mi cuerpo. El ritual para que fuera eficaz tuvo que ser repetido por varios días, mis padres al ver que mejoraba lentamente accedieron hasta que un día la misteriosa mujer da el visto bueno, el “Mal de Ojo” había sido desterrado de mi cuerpo.
Lo curioso de esta historia es que el extraño coctel de brujería y ciencia termina por salvarme la vida, la fiebre y el malestar desapareció completamente, los médicos confirmaban que era un bebe sano y la misteriosa mujer ya no observaba mis miembros inferiores asimétricos. Después de varios días de sufrimiento mis padres pudieron descansar y el bebe Oscar era libre para crecer como una persona normal. Pero este peculiar acontecimiento ha hecho que me cuestione a veces sobre varios aspectos en mi vida como: ¿realmente la magia me curo?, ¿Poseo poderes mágicos que aún no he descubierto?, ¿Por qué no puedo ver gente muerta? Y por último ¿Haber sido víctima del “Mal de Ojo” hace que me guste la banda Brujería?
Continúo buscando las respuestas a estos interrogantes, pero lo más lógico y racional que se me ha podido ocurrir esta resumida en una sola palabra: NO. Seguiré informando.
LARGA VIDA Y PROSPERIDAD
Dedicado a mis amados mamá y papá, que como todo padre hacen lo imposible para el bienestar de sus hijos.
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