La música es aquella combinación de sonidos que inspiran y alegran tu
vida. Sin importar el tipo de preferencia, es seguro que ella te puede generar
varios sentimientos y hasta el presentimiento de poder viajar.
En otros tiempos la música
entonces se escuchaba en la radio y en algunos tocadiscos de hogares con dinero
suficiente para comprarlos. Hoy en día esto ha cambiado gracias al avance de la
tecnología, la existencia de dispositivos exclusivamente para albergar música
como también de teléfonos móviles con esta funcionalidad hacen que en la
actualidad cualquier persona en el mundo tenga acceso a la música de su
preferencia en sus bolsillos.
Con acceso a la música necesitamos
un instrumento que aislé ese sonido a nuestros oídos, así nacieron los
audífonos, aquellos cables que transforman una señal eléctrica en ondas
sonoras. Ahora pensemos en el mundo actual y más específicamente en las grandes
ciudades sin la existencia de estos dispositivos electrónicos, ¿qué pasaría si
ya no tuviéramos audífonos los ciudadanos de las metrópolis ruidosas? ¡UNA TRAGEDIA!
Pensemos primero que todo en aquella
sensación de paz que nos genera la música mientras estas caminando por las
calles o te transportas en un vehículo. El soundtrack
de tus caminatas diarias al trabajo o universidad nunca existirían sin
estos benditos dispositivos electrónicos. Además agreguemos que nos ofrecen
privacidad auditiva sin necesidad de afectar el ambiente de los otros, una idea
simplemente genial.
Ahora sin poder aislar nuestros
oídos con la música o programa de radio favorito seremos perjudicados por la
contaminación auditiva que genera una ciudad con el tráfico, la gente y los ruidosos lugares. Imagina por un
momento tener que escuchar:
1. Los problemas de los demás, sé que todos tienen problemas pero
prefiero encargarme de los míos primero. A esto agreguemos las personas que no
pueden hablar en un tono de voz normal
por los teléfonos móviles o las molestas risas de grupos de personas
que se hacen los graciosos por cualquier cosa que suceda a su alrededor.
2. El detestable bullicio que generan los vendedores ambulantes tanto en calles como en transporte público,
sin contar los molestos personajes que se les da por cantar en el transporte, y por último el lenguaje soez que algunas personas utilizan para referirse a
terceros.
3. La música que algunos
miserables te obligan escuchar en el
transporte público, normalmente estos sujetos no poseen audífonos pero si unos
parlantes con una calidad de sonido horrible y alto volumen. No importa qué
tipo de música escuchen nada es más irrespetuoso que eso.
Para cerrar recuerden siempre
llevar consigo unos audífonos para evitar estos problemas, es un valioso
consejo que les regalo desde este blog. Sé que por mi parte debo ser tolerante
con estas situaciones y créanme que lo soy.
Querido lector, no crea que quien
está escribiendo esto es una persona asocial que espera la destrucción del
mundo, pero si quiero asegurarle que es preferible aislarme en mi propio mundo con
música a tener que escuchar una ciudad desorganizada e irrespetuosa. ¡HE DICHO!
LARGA VIDA Y PROSPERIDAD.
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