Proyecto Occultus | N°4: Justicia Divina En 7 Días.
DIA 1
Es de madrugada, me levanto de mi
cama despacio, María mi esposa observa como me preparo para el inicio de un
largo y doloroso camino, solo me observa y no dice nada pero su mirada de odio
con tristeza lo dice todo, sé que ella no lo quería de esta forma pero ha sido
mi decisión. Alisto mis cosas en una maleta, estoy listo, antes de partir y
dejar mi casa, beso a María en la frente; ella solo me dice: “hazlo por Diana”.
Salí de la casa y entre en el carro, era hora de comenzar la creación de un
nuevo trauma en mi vida.
No fue fácil pero lo encontré, el
bastardo ha estado tomándose unas cervezas con lo que parece ser amigos
delincuentes. Aguardo pacientemente hasta que se termine todo el licor del bar,
está tan feliz de salir de la prisión que se embriaga a tal punto de no poder
caminar de buena forma. El maldito aborda un taxi, lo único que puedo hacer es
seguirlo hasta donde es su lugar de residencia. El sujeto esta tan ebrio que es
incapaz de sujetar bien las llaves para abrir la puerta, era el momento
perfecto para drogarlo con cloroformo, el hombre se resiste pero el líquido es
tan fuerte que se deja caer en el suelo. De forma
paciente arrastro su desagradable cuerpo hacia mi auto, me encargo de amordazarlo,
atar sus manos y pies. El camino hacia mi verdadero destino está cerca.
Antes de que comience el amanecer
llego a la bodega abandonada cerca al mar, en este lugar solitario alejado de
la ciudad nadie escuchara, nadie se acercara a ver qué sucede, nada ni nadie vendrá a
rescatarlo de este lugar.
DÍA 2
Atado de pies y manos a una mesa
quirúrgica el hombre despierta, amordazado intenta hablar y gritar, me observa
sorprendido, no sabe quién soy pero pronto lo sabrá y se arrepentirá de
absolutamente todo lo que ha hecho.
No le tapo los ojos, quiero que
me observe, quiero que vea todo lo que le haré y todo lo que disfrutare. El
sujeto me mira fijamente con odio y temor, observa como me visto con una bata
médica, como me pongo los guantes y tapaboca, pero la mirada de terror es significativa cuando observa el bisturí quirúrgico que pienso utilizar.
Desnudo y atado en una mesa
quirúrgica esterilizo su pelvis. Le muestro el bisturí quirúrgico, el bastardo
sabe para que lo utilizare. Impotente, asombrado y con dolor observa como sin
ningún miedo o arrepentimiento corto de forma salvaje el pene que hizo
desgraciadas cientos de vidas. El órgano sexual que fue la pesadilla de mi hija
por una semana es ahora un pedazo de carne en el suelo, pudriéndose lentamente
como cualquier basura.
La hemorragia se detiene, el
hombre con ira e indignación intenta moverse pero no tiene fuerzas ha perdido mucha sangre por eso le inyecto
una droga para que duerma, no quiero que muera.
DÍA 3
Después de 10 horas de sueño
ininterrumpidos, “la oveja descarriada” piensa que todo es una horrible
pesadilla. Con un gran espejo me encargo de mostrarle su nuevo y mutilado
cuerpo, entonces el sujeto vuelve a su estado de locura asesina, moviéndose y
tratando de gritar pero los venenosos sentimientos desaparecen cuando observa
el mazo de hierro que castigara a la peor de las ovejas del rebaño.
Con violencia y como si mi vida
dependiera de ello, uso el frió hierro para aplastar las manos que golpearon al
ser que más amaba, las manos culpables de desgarrar las ropas de mi hija, las
manos criminales que fueron capaz de destruirle todo su aparato femenino.
Golpeo con tanta fuerza que lo que una vez fueron huesos ahora son polvo dentro
de unas manos aplastadas.
Las manos del condenado ahora son
extensiones de carne y huesos inservibles, ya no podrán ser objeto de daño en
este mundo.
DÍA 4
“No te preocupes, la justicia
divina se encargara de él. Dios lo castigara por todo”. Recuerdo esas absurdas
y consoladoras palabras que una vez me dijo un amigo religioso, palabras que deberían
ser prohibidas en este mundo lleno de injusticias e impunidad. El mundo no
necesita discursos ni palabras de perdón, se necesita de acciones concretas y
radicales. Maldito el que piense que existe una justicia del más allá capaz de
castigar a los malos, maldito el que cree en las palabras escritas de los
viejos libros de leyes. Aquellos que usan su lengua para perjudicar a los demás
deberán ser castigados con la mutilación de la misma.
Pensando en las palabras oscuras
y humillantes de un ser detestable hacia una pobre víctima, sujeto su lengua
con unas pinzas viejas. El bisturí que ha sido instrumento de justicia con mi "oveja negra" vuelve a escena, y de forma lenta pero firme comienzo a cortar el
órgano venenoso productor de la voz maligna que fue tormento para mi amada
hija. La voz del mal, la
voz de un psicópata, la voz de un mundo sin ética, sin misericordia, enfermo y
lleno en caos, una voz que ahora está apagada por la fina cuchilla.
DÍA 5
Sus ex compañeros de cárcel
cuentan que a la “oveja descarriada” le encantaba escuchar los gritos de las
mujeres cuando las ultrajaba. Ahora es el turno de que él me escuche, me le
acerco y cerca al oído le digo: “Soy el padre de Diana, ¿recuerdas? Aquella
chica de cabello castaño que ultrajaste y golpeaste por una semana. La chica
que mataste de forma cobarde hace un año. Recuerda que trate de golpearte
cuando entraste en la corte antes de que te dictaran la absurda sentencia. Ya
no te voy hacer más daño, al contrario quiero que sepas que estas perdonado.
Recuerda siempre estas palabras, Dios te ha perdonado.” El sujeto confundido
solo escucha pero de inmediato comprende
su oscura y mortal situación.
Pienso que la música es un
verdadero placer para los oídos. Recuerdo un artículo en una revista que
advertía sobre los efectos dañinos de escuchar música a alto volumen, la
denominan pérdida auditiva inducida por el ruido. Luego de humillantes mutilaciones,
debo darle relajación a la "oveja descarriada" con lo mejor que puede existir: La
música. Para la terapia auditiva empiezo por ponerle unos audífonos de gran
capacidad, y reproduzco el mejor heavy metal del mundo a 140 decibeles,
suficiente para volverlo loco.
Luego de 5 horas ininterrumpidas
y de observar secreciones en sus oídos, detengo el reproductor de música. La
terapia auditiva funciono correctamente, ya no volverá a escuchar los gritos de
sufrimiento de sus víctimas, solo recordara el ruido que destruyo su audición.
DÍA 6
6 días de oscuridad en una bodega
abandonada y extrañando los rayos del sol, es mi deber hacer que el sujeto a
quien he perdonado disfrute de la luz en su piel, por eso enciendo una lámpara
que simula los rayos ultravioleta con el propósito de recordarle los rayos del
sol.
La luz es purificadora y puede
ser tan hermosa como dañina, el bello momento de purificación deber ser
admirado por todos aquellos que han hecho el mal. Con la lámpara al frente de
su cara y sus ojos abiertos mirando fijamente la luz comienza el momento cumbre
de la absolución total. Las cintas adhesivas en los ojos se encarga de que el
perdonado no se opongan a recibir la luz de Dios.
Con su última mirada a este
mundo, sus ojos quemados e inservibles, el hombre que fue pesadilla de decenas
de mujeres y en especial de mi hija, ha completado el ritual de perdón. Su
recuperación será lenta pero es un ser humano renovado, no puedo hacer nada más
que atenderlo para que mejore, lo merece por resistir todo este tiempo.
DÍA 7
En un mundo erróneo el concepto
de justicia es malinterpretado por todos sus habitantes. La tierra está llena
de malditas injusticias enfermizas, y como consecuencia los actos radicales de
justicia aparecen en la mente de cualquier persona, pero la moral envenena ese
sentimiento instintivo, un veneno que nos hace prisioneros y que nunca nos
otorgara el sentimiento de la verdadera libertad.
Siete días, siete formas de hacer
justicia perfecta e imparcial. Al séptimo día llega el descanso y conclusión de
mi proceso judicial contra el hombre que ultrajo y asesino a mi hija. La ira
que ahogaba mi existencia ha sido tratada de forma eficiente, llegue a perdonar
al sujeto que acabo con uno de los seres que más he amado en mi vida, el
séptimo día había llegado para ser el descanso del culpable y perdonado hombre
violador, ahora es un hombre libre de todo error.
Feliz y entusiasmado libero al
nuevo hombre que he creado, en un día soleado y perfecto para la redención abro
la puerta al mundo exterior. El nuevo hombre siente su libertad, siente el
viento pasar por su piel, sabe que es libre y trata de ponerse de pie para ir a
la luz del sol. Gateando con la mínima fuerza que le quedaba se acerca a la
puerta lentamente para encontrarse con su destino. El nuevo hombre llega al
borde de la puerta, se pone de pie, camina y cae al vació, el destino ha sido escrito y detrás
de esa puerta se encuentra el gigante azul, conocido como el mar. Con mi
trabajo realizado de forma exitosa, observo como el depravado sexual se le
llenan los pulmones de agua, ya no es mi responsabilidad la suerte del sujeto,
solo me dedico a observar pacientemente como el destino que he creado y que decidió mi "oveja negra" erradica el mal en este
mundo.
En 7 días Dios creo a la tierra,
y yo en 7 días cree la verdadera justicia divina, aquella en la cual el hombre
es capaz de corregir y destruir el mal sin misericordia. La ira me ha convertido
en un ser supremo, los seres humanos ya no estarán solos. Soy el Dios que el
mundo necesita, uno real, eficaz y perfecto.
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