viernes, 8 de abril de 2011

MI PRIMERA MASCOTA

No hace mucho vi en TV una película a la cual le tengo algo de temor pero no es porque sea de terror o algo parecido, no la he visto completa solo por momentos pasaba el canal para ver la película, ahora recuerdo un momento crucial en el cual a uno de los protagonistas tiene que ser sacrificado es una parte complicada, sinceramente no pude ver esa parte porque me hace sentir muy triste, me hace recordar lo mucho que a veces extraño a mi gran amiguita que tanto ame… me refiero a mi coneja “Bunny”. La película no la he querido ver, se titula “Marley & me” del 2008 donde actúan Owen Wilson y Jennifer Aniston. La escena en donde se muere el perrito es algo muy emotivo para mí, no solo porque me recuerda a mi amada mascota sino también porque me considero un amante de los animales, aunque mis lectores no lo crean esa es una parte sensible en mí (¿Quién lo creería?).

De los que hemos tenido la oportunidad de amar a un animalito, ¿Quién no recuerda el día que conociste a tu primera mascota? Para muchos abran sido perros, en mi caso fue algo diferente mi primera mascota fue una linda conejita a quien le llame “Bunny” (pues por el conejo Bugs Bunny), era blanquita con unas manchitas negras y ojos cafés. A muchos nos abra marcado la vida nuestras mascotas, los que amamos mucho a nuestros animalitos recordaremos toda anécdota e historias a su alrededor. La primera vez que se nos orino en la casa, sus extraños comportamientos con ciertos objetos, cuando te pedía comida en el almuerzo, para algunos el pelaje que dejaba en toda la casa, cuando se le daba por morder o comer todo lo que encontraba… son miles de historias las que uno guarda en su cabeza por eso siempre los vamos a recordar, tal vez algunos al leer esto se acordaran de las que fueron sus mascotas.

Ya sea perro, gato, conejillo de indias, conejos, etc. Es un hecho que nos roban en corazón, que terminan siendo de la familia y que es determinante en las decisiones del núcleo familiar. También se convierte en una bonita experiencia de pequeños el empezar a tener una responsabilidad de cuidar, bañar y alimentar a esa criatura, que en muchas ocasiones te demostraba también su afecto, una simple lamida o un movimiento de cola era una muestra de cariño hacia nosotros, esos animalitos también nos amaron y siempre estuvieron ahí en los momentos de tristeza, por eso fueron parte de nuestras vidas.

Aprendemos muchas lecciones con esta experiencia, una de ellas y creo que la más dura de todas es la muerte, porque cuando fallece aquella “bola de pelos” termina siendo algo que nos marca la vida, que nos hace madurar y que nos ayuda comprender mejor sobre ese tema que es tan confuso y misterioso que es la muerte. Yo recuerdo el catastrófico día en el que mi amada Bunny murió en su tapete especial al lado de mi cuarto, fue un día de luto para la familia, todos nos sentimos muy tristes de la partida de la consentida de la casa, la bebe de Oscar… ya no la íbamos a ver corriendo en la sala, ya no oiríamos como nos gruñía cuando estaba malgeniada, ya no se subiría en la cama, ya no la íbamos alimentar… mi conejita murió al lado de su familia, fue algo muy duro pues esa coneja significo mucho para nosotros.

La pérdida de tu mascota es una experiencia dura, pero como dije anteriormente te hace madurar y te hace una persona mucho más fuerte. El recuerdo siempre va estar ahí, un buen ejemplo es en ese capítulo de los Simpsons en el cual Lisa pierde a su gato “Bola de Nieve II” y Marge al tratar de consolarla recuerda a su conejillo de indias “Canela” y se pone toda triste por el recuerdo de su mascota muerta, y es que por más que crezcas siempre te acordaras de la criatura.


De seguro muchos al leer, se han acordado de esos animalitos que tanto alegraron sus vidas, yo lo hago en este momento y al escribir esta nota me he acordado de lindos momentos junto a mi mascota, que me hacen sonreír y agradecer a mis padres por haberme dado la oportunidad de criar y cuidar a mi conejita, mi bebe, mi primera mascota.

Dedicado a todos los amantes de los animales.

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